La notificación sobre este posible impacto fue emitida el 29 de enero pasado por la Red Internacional de Advertencias sobre Asteroides (IAWN, sus siglas en inglés), cuyo representante, Tim Spahr, calificó como «un evento raro» el que haya más de 1% de probabilidad de colisión.
De hecho, la organización subió de 1,3% a 1,6% las probabilidades de tener un mega choque espacial, que dicho sea de paso podría ser más severo que el sufrido hace más de una década en Rusia, con una descarga de energía equivalente a la detonación de hasta 10 megatoneladas de dinamita.
Pero Spahr aclaró en declaraciones reproducidas por la NPR (la radio pública de los Estados Unidos) que en el planeta «hemos tenido entre 8 y 10 megatoneladas (de energía) de pruebas nucleares en el Pacífico y eso no generó un tsunami a nivel mundial ni nada parecido».
La notificación de IAWN fue elaborada tomando datos de la NASA y la Agencia Espacial Europea, pero desde Estados Unidos bajaron tensión al tema con la explicación de que «hay que ponerlo en perspectiva» porque las probabiliades de que impacte en la Tierra «todavía son muy bajas», pero no cero.
«La comunidad internacional está pendiente de esto y tomando nota de que llegó a este umbral. Queremos estar al tanto, lo tomamos en serio, pero queremos poner esto en perspectiva… Todavía hay una posibilidad muy baja de que pudiese impactar», señaló Kelly Fast, de la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA.