La semana pasada, Oscar Laborde, quien fue embajador de Argentina en Venezuela durante la presidencia de Alberto Fernández, contactó a la familia de Gallo asegurándoles que tenía la posibilidad de entregarle una carta al gendarme detenido.
Para Laborde, «fue simplemente hacer llegar una carta que me arrimaron familiares del gendarme, concretamente la madre, a Venezuela. Esa fue la gestión. Una cuestión humanitaria. Ni más ni menos que eso».
Según el Ministerio de Seguridad, esta intervención del exfuncionario no solo careció de autorización oficial, sino que también habría buscado justificar la detención de Gallo, actuando en contra de los intereses de Argentina y avalando las acusaciones de espionaje formuladas contra el gendarme.
Laborde fue acusado de intentar legitimar las condiciones de detención del gendarme, lo que, según el Ministerio, constituye una traición a la Patria, delito tipificado en el artículo 214 del Código Penal.
Para el Ministerio, el accionar de Laborde habría beneficiado al régimen de Maduro y perjudicado los esfuerzos diplomáticos argentinos para lograr la liberación de Gallo.
Se argumenta que Laborde habría actuado con deslealtad hacia el Estado, violando su deber de defender los intereses nacionales como exembajador.