En medio de la tensión que bloqueó el procedimiento durante horas, se dispuso el envío de efectivos especializados de la Policía Federal Argentina (PFA) para facilitar una salida pacífica. Según Bullrich, los policías escoltaron los vehículos hasta la embajada rusa con el fin de garantizar que se cumpliera el procedimiento sin violar la inmunidad diplomática.
Sin embargo, la ministra también reveló que la situación podría haberse agravado: «En un momento, quienes estaban a cargo del control de tránsito, que no son policías, tenían la intención de romper los vidrios de los autos, lo que hubiera generado un problema grave».
Pese a las medidas adoptadas para resolver el conflicto, Bullrich señaló que hubo poca cooperación por parte de los diplomáticos involucrados. «Sin duda, podrían haber estado un poco más abiertos a colaborar», afirmó la ministra. Además, enfatizó que, a pesar de las dificultades, el Gobierno argentino logró manejar la situación sin transgredir los acuerdos internacionales.