En un nuevo Superclásico del fútbol argentino jugado en la Bombonera cumplió con toda la expectativa que genera pero en lo que respecta al desarrollo del juego fuen muy trabado y con mucha lucha en la mitad de la cancha que River supo sacar ventaja a los 16 de la primera parte con gol de Manuel Lancini tras una mala respuesta de Romero, por lo que el visitante capitalizó la tranquilidad del resultado y jugó un poco mejor ante un Boca que nunca encontró la salida del equipo.
Ya en la segunda parte y con la obligación de salir a buscar el empate, Martínez cambió a Miramon po Ezequiel Zeballos que le dio más profundidad a los ataques y dejando a River agasapado para aprovechar las oportinidades de contragolpe, que las tuvo pero que Borja no estuvo fino en el control en dos oprtunidades, hasta que en tiempo suplementario tras un exelente centro de Blanco, Milton Jimenez anticipó la salida de Armani y convirtió el empate, que desató la polémica por una mano reclamada por jugadores de River que obligó al árbitro Ramirez debutante en dirigir el Superclásico a ir al VAR, que terminó anulando un gol por una polémica mano, que si nos trasladamos a la semana pasada, el gol que le marcó Borga a los tucumanos con la mano, la tecnología brilló por su ausencia, cosa que no pasaba cuando estaba Demichelis como técnico de River
Entonces, muchos se preguntan, con mucha razón, cual es el criterio, esta vez, aparentemente fue por decición del debutante árbitro no convalidar el gol después de apoyarse en el VAR. Lo cierto es que River se quedó con el Superclásico y Boca cosechó su segunda derrota consecutiva, que seguramente dejará secuelas que el periodismo anti-Boca se encargará de difundir y facturar, nó la polémica de este partido, sino todo lo referente al cuerpo técnico y dirigencial como ya es costumbre.
